
El 2017 fue un año crítico en temas de ataques ransomware destinados a infectar equipos e información confidencial de altos mandos en organizaciones de todo el mundo. El 26.2% de amenazas tuvieron como objetivo principal atacar a dichos colaboradores empresariales. Estos ataques dirigidos o APT (del inglés Advanced Persistent Threat) incrementaron un 4% en comparación con el 2016.

