El proverbio ruso “confía, pero verifica” describe perfectamente la actitud que la gran mayoría de las empresas con una arquitectura de red amplia usaba antes de que el COVID-19 viniera a cambiar la faz de la ciberseguridad para siempre.
Uniendo las redes caseras de los trabajadores en home office con la red empresarial aún presente en las oficinas de cada compañía la cual contiene toda la información confidencial a la que los empleados acceden a diario, amplió el campo que los cibercriminales tienen para maniobrar y multiplicó el número de puertas traseras posibles para vulnerar las redes empresariales por lo que era necesario actualizar el proverbio.