El día de hoy, la innovación se encuentra en boca de todos. Ya sea en el ámbito educativo, industrial, tecnológico o empresarial, la innovación se mantiene como uno de los temas más discutidos debido a la constante necesidad de encontrar soluciones eficientes para los nuevos retos que aparecen día con día. 

Sin embargo, no siempre nos queda una idea clara sobre lo que implica y las herramientas para llevarla a cabo. Usualmente se piensa que la innovación implica cambios radicales en un corto tiempo que revolucionan industrias; pero como Michael Noise comenta: “[La Innovación] generalmente es la combinación de pequeñas acciones que una empresa hace – o no hace- que dan la habilidad para verdaderamente innovar.” (2015).

La innovación es definida como el proceso en el que una organización adopta nuevas ideas, metodologías, esquemas de trabajo o de negocio para ofrecer mejores productos o servicios. En el sector empresarial resulta fundamental para alcanzar mayores niveles de eficiencia, competir en el mercado global y desarrollar mejores productos y servicios. Pero para innovar exitosamente se deben de seguir algunos métodos y estrategias que facilitan a los miembros de una organización alcanzar sus objetivos de forma exitosa.

Primeramente, es importante hacerse las preguntas correctas para saber en qué formas puede innovar tu organización. Cómo incrementar ventas o cómo reducir costos son preguntas importantes, pero que no nos ayudan a reflexionar sobre cómo encontrar respuestas innovadoras a los retos que se tengan enfrente. Por esta razón, las empresas innovadoras se deben de plantear preguntas difíciles que les hagan pensar de formas distintas y nuevas, tomando en cuenta su ambiente, competencia, clientes y objetivos. Al dejar las preguntas viejas y formular nuevas, se puede llegar a comprender las necesidades y las oportunidades que tienen para innovar.

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Después de hacer las preguntas correctas, debes de tener personas capaces de encontrar las soluciones ideales. Es por eso que atraer personas innovadoras es esencial. Los innovadores buscan retos y problemas que resolver. Bill Taylor (2017), experto en liderazgo e innovación, y uno de nuestros conferencistas del Alestra Fest, describe a cuatro tipos de líderes que son necesarios para innovar de manera exitosa.

• El zelote aprendiz: Un líder que no solo está dispuesto a enseñar sus conocimientos y sabiduría, sino que también tiene la constante necesidad de seguir aprendiendo.

• El irruptor personal: El trabajar más tiempo en una industria hace que nos aferremos a ideas viejas o caducas. Un irruptor es una persona capaz de reinventarse completamente y ver las cosas desde una diferente perspectiva a pesar de tener años de experiencia y conocimiento en ese campo.

• El optimista de mente abierta: Las personas deben de ser optimistas y entusiastas para ser innovadores, por eso es importante que los empleados de una organización estén altamente motivados para moldear el futuro en el que creen.

• El experimentador ansioso: La incertidumbre y el miedo al fracaso son unos de los miedos que las personas tienen sobre el futuro. Por el contrario, los experimentadores ven el futuro como una oportunidad para probar sus ideas y proyectos, sabiendo que habrá éxitos y fracasos en el camino.

Finalmente, se debe de tener en cuenta que el proceso para innovar no es linear ni sencillo. Muchos piensan que innovar inicia en punto A y termina en Punto B, solamente siguiendo una serie de pasos. Pero la realidad es más compleja. El proceso siempre implica llegar a cierto punto, retornar, ver otras rutas o posibilidades y aprender sobre la marcha. La innovación necesita constante retroalimentación y reflexión en la que emergen ideas o soluciones que no se tenían contempladas en un inicio. Es por eso que una compañía debe de tener en cuenta que, para innovar no se debe de trazar una ruta fija, sino aceptar que el camino hacia su objetivo puede ser incierto. 

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Es fácil observar casos de gran éxito como el IPhone de Apple o los automóviles de Tesla y pensar que la innovación es espontánea, rápida y radical. Pero en la mayoría de los casos esta se da trabajando poco a poco en objetivos que pueden cambiar repentinamente. No hay rutas definidas ni formulas exactas. Pero al adoptar la innovación, las empresas se vuelven más capaces de adaptarse a un mundo más globalizado y competitivo. Si no hay una disposición por innovar, una empresa no puede aspirar a tener un futuro exitoso. Generando nuevas ideas, atrayendo a la gente apropiada y aceptando la incertidumbre en el camino, es la mejor manera de estar preparado para el éxito a largo plazo.

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