Anteriormente hablamos sobre las medidas de ciberseguridad adecuadas para la nueva realidad que, a raíz del home office masivo, se han vuelto una necesidad para casi todas las empresas. La innovación tecnológica ha abordado el problema de la prevención oportuna de contagios también, puesto que ha buscado crear gadgets que se adecúen a la nueva realidad, igual que lo hicieron las medidas de seguridad cibernética.
Desde desinfectantes y medidas de detección oportunas, hasta dispositivos inteligentes de uso personal que evitan los contagios. Existen múltiples opciones en el mercado que proveen dispositivos con estas funciones. Por ello, hoy nos centraremos en el uso de estas tecnologías, pues su implementación en espacios de trabajo puede hacer la diferencia a la hora de regresar a las oficinas de manera segura. Enlistaremos los tres problemas más comunes nacidos a raíz del distanciamiento social y las soluciones ideadas para combatirlos con mayor efectividad.
Problema contra Tecnología.
Los tres problemas más consistentes en cualquier ambiente de trabajo (sin contar situaciones extraordinarias como transportistas o trabajadores manuales) son la higienización de objetos de uso personal, la detección de posibles casos de COVID-19, maniobrabilidad y prevención. Para identificar soluciones que mejor se adecúen a cada espacio o trabajador es necesario detectar los lugares más frecuentados y los objetos de uso común. Por ejemplo, si una oficina tiene puertas automáticas no es necesario implementar una solución de maniobrabilidad para abrir puertas con manija, pero si los volúmenes de trabajadores son muy altos, tal vez una medida de detección oportuna sea necesaria.
Desinfectantes: A través de dispensadores o aplicadores, los dispositivos que aseguran la limpieza de nuestros artículos personales son de los más solicitados a la hora de regresar a un ambiente de trabajo común. Un estudio de la Universidad de Arizona confirmó que un teléfono inteligente puede llegar a tener hasta 10 veces las bacterias presentes en un inodoro. Ese hecho nos hace preguntarnos cómo es posible que nos haya tomado tanto tiempo el volver una costumbre limpiar a conciencia nuestros dispositivos personales, sin embargo, lo importante es que ahora lo volvamos cotidiano. Una empresa estadounidense que desarrolla protectores para celulares lanzó una carcasa que limpia dispositivos de hasta 7 pulgadas con rayos UV lo cual asegura una limpieza más profunda que no dañe el dispositivo, como algunos limpiadores químicos pueden hacerlo. También se han popularizado medidas para filtrar el agua dentro de los termos que los colaboradores lleven al trabajo, así como una lonchera que garantiza la limpieza de los alimentos, eliminando desde el virus con el que estamos tratando, hasta bacterias como el E. Coli.
Detección oportuna: No podemos evitar por completo los contagios de toda la población, pero sí podemos evitar que un contagiado propague el virus hacia las personas o lugares con los que tiene contacto diariamente. El diseño de aplicaciones, que primero fue sólo en países asiáticos como China o Corea de Sur y más tarde en Estados Unidos y países europeos, se han vuelto una herramienta fundamental en la prevención de contactos con infectados. Estas plataformas piden que cada usuario ingrese sus posibles síntomas, de tal manera que sea posible notificar a todos los usuarios sobre lugares frecuentados por personas con señales sospechosas de COVID-19 que estén usando la app, creando navegadores esenciales en grandes metrópolis para quienes buscan evadir focos rojos de infección. Otras medidas de detección, como las cámaras térmicas, son recomendables solo para lugares públicos con alto volumen de tráfico. Para una empresa, situar un colaborador en la entrada con un termómetro electrónico que tome la temperatura a cada persona que ingrese, es más que suficiente.
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Maniobrabilidad y prevención: El mayor obstáculo para mantenernos sanos durante el distanciamiento es la movilidad. Puertas en automóviles, edificios, botones de elevador, tarjetas de seguridad etc. Nuestras manos, por más limpias que estén, terminan en contacto con una docena de superficies potencialmente infectadas que nos pueden enfermar sin importar cuanto gel apliquemos a nuestras manos. Un diseñador inglés lanzó un gancho especial para abrir puertas sin tener que tocar su manija con las manos. La Organización Mundial de la Salud ha publicitado mucho que la mejor manera de evitar contagio es no tocarse la cara o el cabello, por lo que, si uno mantiene sus manos completamente alejadas de las superficies infectadas, podría evitar por completo la infección. Otra solución que busca prevenir que nos toquemos la cara es una pulsera inteligente que, mientras la traemos puesta, nos alerta antes del contacto con el rostro.
Es importante recordar que ninguna de estas soluciones reemplaza el lavado frecuente de manos o el uso de mascarillas, simplemente son medidas útiles que pueden combinarse con las más convencionales para disminuir la probabilidad de contagio. Aunque muchas de estas tecnologías están diseñadas para un consumo individual y no empresarial, como empresa es importante conocerlas porque, eventualmente, ayudarán a reabrir sucursales u oficinas presenciales. Un regreso paulatino o escalonado a los lugares de trabajo puede ser clave para evitar el contacto de grandes volúmenes de personal en un solo espacio y, por lo mismo, aunque se habiliten estas medidas de prevención físicas, la ciberseguridad en home office no debe ser olvidada. Entra a alestra.mx para conocer las más nuevas tendencias de la innovación tecnológica y ciberseguridad y mantén a tu empresa en la primera línea de innovación.
Fuentes:
https://campussanofi.es/e-professionals/noticias/tecnologia-contra-covid-19/