La toma de decisiones, el monitoreo e implementación tecnológica forman parte de la industria de las TIC y de sus estructuras, procesos y modelos que rigen el quehacer empresarial del día a día. Se le conoce como modelo de gobernabilidad a la agrupación de estas referencias, mismas que las empresas desean consolidar ante la superación de los estándares actuales por parte de las tecnologías exponenciales y sus requisitos.
Dicho interés fue confirmado por Transforming the Data Center, estudio efectuado en conjunto por Intel y Cloudera, al determinar que el 60% de los participantes consideraron a la gobernabilidad y seguridad de los datos como los mayores retos a enfrentar en el futuro.
En vista de esto, postulamos a continuación los cuatro criterios fundamentales con los que todo modelo de gobernabilidad eficiente debe de contar:
1. ALINEACIÓN A LA ESTRATEGIA DE NEGOCIO
El modelo de gobernabilidad de una empresa que ofrezca soluciones tecnológicas tiene como máxima prioridad alinear a las TIC a su estrategia de negocios.
Después de todo, la información ha pasado de ser sólo datos y se ha convertido en un activo de gran valor, hecho que invita a que especialistas empresariales se reúnan a plantear estrategias para establecer su correcta gestión y las medidas que garanticen su integridad.
2. MÁXIMA EFICIENCIA EN LA OFERTA DE SERVICIOS
Así como la implementación de lo último en soluciones digitales permite un posicionamiento estratégico que atienda necesidades emergentes, las prácticas y políticas de altura son el esquema que ofrece solidez que esas mismas relaciones de negocios, asegurando la eficiencia por parte del área de operaciones.
Por ende, las necesidades de TI se han convertido en más que una cifra: son una operación crítica con valores medibles y analizables que, de ser estudiados a detalle, pueden ser la vía por la cual una empresa explore nuevas posibilidades de negocio.
3. LENGUAJE COMÚN
El modelo de gobernabilidad es un punto común en el que convergen distintos departamentos dentro de una misma empresa, por lo que es necesario contar con un lenguaje común, comprensible y estandarizado para todas las partes involucradas.
El éxito interno de una empresa recae, en gran medida, en la eficacia detrás de su comunicación y en la capacidad de establecer objetivos conjuntos.
Además, tanto las áreas con un mayor foco en negocios —por ejemplo, administración o finanzas— como las áreas de TI deben de ser capaces de comunicarse eficientemente entre sí, desplegando su enfoque de manera clara y libre de tecnicismos, a fin de establecer acuerdos y regirse por directrices mutuamente comprensibles.
4. ADAPTABILIDAD Y MEJORA CONSTANTE
Mientras que la eficacia a un modelo de gobernabilidad y la adherencia al mismo son esenciales para el funcionamiento óptimo operacional, dichas condiciones permanecerán siempre y cuando se les revisen periódicamente en búsqueda de la mejora constante.
El perfecto ejemplo se encuentra en la acelerada tasa de innovación tecnológica. Dicha realidad requiere de un modelo que ofrezca elasticidad y flexibilidad ante el cambio, permitiendo que las estructuras internas de las empresas puedan reacomodarse en virtud de exigencias impuestas por las tecnologías emergentes, así como las necesidades del cliente y nuevas demandas u oportunidades de mercado.
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